Desafiando las agradables temperaturas de una tarde de finales de junio en Sevilla, un grupo de Friquis Verdes presenciamos el sábado en el Villamarín el heroico ascenso a 2ªB del filial del Real Betis ante el Orihuela, en el partido del que más contentos hemos salido del coliseo bético en toda la temporada.
Antes del inicio quisimos tener un recuerdo hacia un compañero de nuestro grupo folklórico, cultural y rociero, al que la vida ha deparado un amargo trago en los últimos días. ¡Estamos contigo, Toni!
Nuestra animación fue pobre en la primera mitad, en la que todos los ataques de los canteranos béticos terminaban en las manos del portero del Orihuela, una versión alicantina de Pablo Iglesias, que arengaba a sus defensas con consignas como "¡Podemos!" o "¡Sa-ni-dad Pú-bli-ca!" que surtió efecto hasta bien entrada la segunda mitad.
En el descanso realizamos un emotivo viaje a los ochenta por el mítico Palomar, que sirvió para resguardarnos por unos minutos del sofocante calor. Allí permanecimos a la sombra hasta que dos amables guardas de seguridad exhibieron todo su "hate in the terraces", obligándonos a desalojar la zona para tomar el sol en lugar de la sombra. Pensamos que los mandó Il Mito.
Ante tamaño varapalo, decidimos realizar tareas de poda y jardinería en uno de los vomitorios de Gol Sur. Quitamos jaramagos colgantes para que nuestra bandera Friqui pudiese lucir con todo su esplendor en la reanudación.
Mientras comíamos pipas y comentábamos apesadumbrados la situación del encuentro, el filial nos sorprendió con dos goles. Nuestra guerra psicológica contra el Orihuela fue vital para la remontada y gracias a cánticos como "¡Puta Cádiz, oé!", los cachorros béticos lograron el objetivo del ascenso en la última jugada del partido.
Ahora sí, la temporada se acabó. Pero el friquismo verde seguirá latiendo en nuestros corazones hasta que en agosto vuelva a rodar el balón contra el Llagostera o el Leganés.
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