Pues no, os aseguramos que Soria es tan real como el fichaje de Héctor Rodas. La visita a Los Pajaritos iba a ser el viaje oficial de los Friquis para esta temporada y se esperaba que al menos una decena de romeros se diesen cita en la ciudad en la que Antonio Machado encontró la inspiración y el amor.
Pero los vientos de Ganímedes, una romería alternativa en la constelación de Orión y una mudanza del Ikea provocaron que sólo un miembro de la Hermandad y 88 amigos imaginarios recorrieran el interior del país para acompañar al Glorioso en su aventura por Tierra Hueca.
Los hermanos de Galicia sufrieron un pinchazo en su carriola y no pudieron repararla en boxes; los de Olivares tenían frío; los de Arahal prefirieron quedarse en la Mazaroca; los de Osuna tuvieron que ayudar al enano de los Lannister a elegir unas zapatillas altas; los de Torreblanca se enfrentaron en un sangriento cuerpo a cuerpo con la lideresa del club de fans de Xriz; en Tablada hubo una degustación gratuita de TAB; y los del Cerro tenían que repartir cartas de amor en un bar de puretas con medias rotas de Viapol.
Así que nuestro intrépido viajero habitual fue el único de carne y hueso, con más de lo primero que de lo segundo, que realizó el desplazamiento. A la llegada descubrió eso que llaman el nuevo Betis: el Pepsi retripado en un sillón del hall del Parador de Soria con un taco de entradas que vendería posteriormente. Días antes otro hombre modelo como el Chupe había desempolvado su mejor chaqueta para recoger a nuestro nuevo ídolo, el tal Rodas.

Durante el partido dirigimos duros cánticos hacia las hordas locales como "Son poquillos, el Frente Rojillo" o "en el mundo de los gatos Isidoro es el amo, entre cubos de basura él se mueve con soltura" que provocaron toneladas de hate entre la parroquia numantina.
Destacar también la visita de nuestro amigo salmantino, que no pudo soportar los 40º de temperatura y se vio obligado a despojarse de toda su ropa, mostrando su torso al respetable ante el asombro de las chicas de la tuna de Soria. Y la gente de Valdemoro, motivo de orgullo para nosotros y de envidia para muchos.
Y sin más y después de un triste empate ante Isidoro, Ripa y un portero que pesaba tres dígitos, volvimos a nuestra tierra para seguir preparando el siguiente camino. ¡Gloria a los Friquis Verdes!
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