lunes, 26 de octubre de 2015

Pepe, tus niños necesitan ver Barrio Sésamo

Otra vez la fiel infantería bética respondió y llenó de vida y pasión un campo desangelado. De nuevo miles de aficionados llegados desde todas las provincias andaluzas y numerosos rincones de España quisieron acompañar al equipo después de la triste imagen ofrecida por "los niños" de Pepe Mel contra el Espanyol en un partido en el que un chaval de 19 años como Marco Asensio se bastó para airear todas nuestras carencias.

Otra vez un equipo teóricamente inferior, hasta esta jornada colista, nos dio un baño durante noventa minutos y no se llevó los tres puntos por las paradas de Adán en la primera mitad. Y no sabemos si es bueno o malo, quizás lo segundo, pero los béticos hemos aprendido a convivir con la mediocridad. Sabemos que cuando nos desplazamos con nuestro club es muy probable que cualquier rival nos pinte la cara. 

En el fondo no nos importa. Nosotros defendemos una fe, un sentimiento heredado en la mayoría de casos, un legado que debemos transmitir a nuestros hijos y a las generaciones venideras. 

En lo que llevamos de competición somos, con diferencia, la afición que más se desplaza. Y no será precisamente por las facilidades con las que nos obsequia un club que saca pecho casi a diario de su universalidad, pero que coarta las posibilidades de adquirir una entrada a esos miles de béticos de fuera de Sevilla para mantener los privilegios de su agencia oficial de viajes, esa que nos vende excursiones a Cuba por correo electrónico pero que nunca nos ha ofrecido mejores precios o condiciones que peñas béticas que sí luchan por los béticos, por fortuna cada vez más. 

Volviendo al tema en cuestión, lo de Los Cármenes fue otra decepción. Primero por lo que se vio sobre el césped, un equipo limitado que, sin intensidad ni amor propio, es de los más vulgares de la categoría. Otra vez la falta de concentración de siempre, un gol tempranero y a vivir de las paradas de Adán, la chispa de Joaquín o el acierto de Rubén. El pan nuestro de cada día. 

Pero lo que de verdad nos molesta es lo que pasó al acabar el partido. Muchos de nosotros crecimos en la generación de Barrio Sésamo y aprendimos los términos LEJOS y CERCA con Epi y Blas, dos marionetas con cara de panolis, una ceja y jerseys de rayas. 

Muchos béticos decidieron desplazarse el sábado LEJOS de su casa y LEJOS de su gente para estar CERCA de vosotros. Para que, otra vez más, jugaseis como locales LEJOS del Villamarín. Y esa cercanía y pasión del bético es de lo poco que puede presumir este club, una entidad que lleva varias décadas viviendo por debajo de sus posibilidades por muchos motivos. 

No cuesta absolutamente nada acercarse a los desplazados, valorar su entrega y compromiso con las trece barras y hacer más llevadera la vuelta a casa porque nos sentimos recompensados con vuestro reconocimiento. Y el sábado los jugadores estuvieron muy LEJOS de lo esperado, de lo normal y de lo que hacen casi todos los jugadores de casi todos los clubes del mundo. 

Así que Pepe, coge por banda a "tus niños", enciende el DVD y ponles el capítulo en el que Epi y Blas explican en apenas un minuto la diferencia entre LEJOS y CERCA. Nosotros aprendimos ambos conceptos antes de hacer la Comunión. 

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