lunes, 23 de marzo de 2015

El Betis se ahogó en el Lega Ness

Somos un club diferente. Tuvimos en nuestra plantilla a un brasileño rubio, a un alemán de raza negra y ahora a un senegalés que pesa y come lo mismo que Akinfenwa el del Wimbledon. Sólo eso explica que después del papelito realizado ante el potentísimo Leganés sigamos líderes.

Y eso que nos las prometíamos muy felices después de lo de Las Palmas. Una decena de Friquis Verdes y 69 amigos imaginarios nos concentramos antes del partido en el Avelino. Sí, el glamour nos invade y compartimos espacio con juntaletras que se hartan también antes de los partidos, pero son muy respetables por no regar sus gargantas en la calle Tajo, ese antro urbano de perversión y bajeza moral.

Visita de un friqui no imaginario desde El Masnou y otro desde Madrid. Allí analizamos el panorama electoral andaluz, las compras en Internet en comercios chinos o las posibilidades de desplazarnos a Huelva en carretas antes de visitar a nuestra Santa Madre en la aldea.

El ambiente positivo nos embriagaba y todo era alegría. Hasta que vimos en el vídeomarcador que jugaba Casado. El pesimismo comenzó a apoderarse del núcleo duro y los peores presagios se confirmaron.

Diamanka, Eraso y Postigo se exhibían en el Villamarín. Un escenario tan cruel que decidimos pasar a la acción intentando impedir que semejante ridículo se presenciase en toda España. La sección Pepsi subió al Palomar y colocó la pancarta simpecao delante de la cámara de La Sexta. El viento haría el resto, levantando la tela e impidiendo la retransmisión y que se descojonaran del Glorioso desde Zahara de los Atunes hasta Portugalete.

El cámara resistió al ataque Friqui
Pero subestimamos al operario de la televisión de Pablo Iglesias. Su experiencia con las maras venezolanas jugó un papel destacado y antes de que Pacheco sacase un córner, ató uno de los extremos inferiores a la valla dejándonos sin capacidad de reacción.

En vista de la situación intentamos animar al equipo, tiramos hasta del plan B reproduciendo la Salve Rociera. Pero no había manera y no nos quedó otra que atacar a nuestros jugadores con cánticos hirientes y que bien podrían ser denunciados por la Comisión Antiviolencia: "Leganés, Leganés, Leganés de Münich, lololo lolololo, lololo lolololo, Leganéeeeees de Münich", "esto sí que es una chirigota" y un largo etcétera.

Al final 1-3 y gracias, porque jugaron más de medio partido con diez y les faltó su mejor delantero: Chulinho.

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