Béticos en el Mini Estadi. |
Hacemos la ola, cantamos el "olé, olé" en los últimos minutos de un partido decidido contra el peor Zaragoza de las dos últimas décadas y hemos recuperado la felicidad. El regreso a nuestro sitio está cerca... y con eso nos conformamos.
Pues nosotros, los Friquis Verdes, rocieros y porculeros como pocos, nos negamos a que ese aroma de éxtasis desorbitado nos contagie. Y no creemos que ser líderes en Segunda, la Liga Adelante o como coño se llame por los intereses económicos de Tebas y los bancos, sea motivo para sacar pecho.
¿Cuántos equipos en España meten 32.000 personas en su estadio? ¿Quién mueve a 10.000 personas como nosotros en 2010 en Segunda en El Helmántico? ¿Qué club juega como local en Huelva, Sabadell, Palamós o el Mini Estadi? ¿Cuántos equipos venden tanto merchandising como el nuestro y tienen tantos pinchazos televisivos?
A excepción de los dos gigantes del fútbol español, sólo Atlético de Madrid, Valencia, Athletic y nuestros vecinos cuentan con un potencial similar al nuestro. Y eso es lo que hay que exigir, no bajar nunca del sexto puesto y pelear todos los años por entrar en Europa.
Perdemos la perspectiva con suma facilidad, idolatramos a entrenadores y jugadores que hoy están aquí y en cuanto reciban un poco más en otro sitio nos dejarán en la estacada como hicieron tantos en el pasado y llevamos décadas confundiendo el sentido del Manque Pierda.
No hay ascenso que celebrar, porque subir y volver a la élite es obligación para un grande del fútbol nacional necesitado de una afición exigente y que no se conforme con migajas. Porque mientras los otros, que siguen siendo menos después de ganar varios títulos europeos, viajan esta semana a Rusia, nosotros no pasamos de Vitoria. El cambio empieza en nosotros y debe contagiarse al resto de estamentos del club.
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