jueves, 12 de mayo de 2016

Eterno Gol Sur

El domingo te visitaremos por última vez en tu estado actual y, aunque hay que estar felices porque por fin parece que va a cumplirse una promesa histórica de los mandatarios de las últimas décadas, la melancolía se ha apoderado de nosotros.

Desde 1972 han sido miles de béticos los que han pasado por allí. Todavía acuden a tu encuentro exjugadores de épocas pasadas y cada verano conseguir un abono se convierte en un reto casi imposible para muchos jóvenes que aspiran a dejarse la garganta en el pulmón del Benito Villamarín.

Pero sobre todo has sido el segundo hogar de cientos de béticos que, en muchos casos se conocieron allí con el Betis como nexo de unión y que a día de hoy son como hermanos.

Allí hemos vivido avalanchas, bengaleos, tifos que no pudieron lucir como esperábamos por tus dimensiones, victorias históricas como la que logramos en 2005 ante el Chelsea mientras toda la grada saltaba sobre su asiento cuando atacaban los de Mourinho al grito de "Uh, uh, uh, que vienen los mamuts", derrotas que destaparon nuestra ira y palos duros de asimilar, colas interminables en las puertas 8 y 10 o servicios en los que soltabas los efluvios etílicos del Tajo lo más rápido que pudieras ante el temor de que por ese boquete pudiese salir en cualquier momento un cocodrilo.

Fuiste la vía de escape a muchos problemas, el lugar donde encontrábamos la paz en tiempos duros o hasta el nido de amor al que gente tan poco romántica como nosotros llevaba a una chavala para intentar impresionarla y "engañarla" con la ayuda del Betis y su ambiente.

Contemplando el palomar o en tu cemento y tus asientos verdes, que no conocen la limpieza desde los tiempos de Sánchez Jara, pasamos tardes inolvidables con gente que ya no está y a la que echamos de menos.

Hemos visto a niños con chupete seguir el camino de sus padres para allí convertirse en hombres y no faltar ni un domingo a su cita con el Betis y su gente. Nos hemos reencontrado multitud de veces con nuestros hermanos catalanes y hemos recibido infinidad de visitas de gente que de verdad ha descubierto lo que significabas para nosotros cuando te han catado en primera persona.

Eres viejo, feíllo y chiquitito y si en vez de grada hubieses sido actor, te habría tocado encarnar al Alfredo Landa de la época del destape. Pero inexplicablemente tienes algo que te hace único y te convierte en leyenda de nuestro fútbol y nuestra historia. Eterno Gol Sur.

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